miércoles, 2 de marzo de 2016

LA FIEBRE EN BEBES Y NIÑOS


Uno de los principales motivos de consulta al pediatra, tanto en servicios hospitalarios como en servicios de atención primaria, es la fiebre en el niño. La fiebre es la elevación de la temperatura normal del cuerpo: más de 38º C si se mide en el recto o más de 37,5º C si se mide en la axila. De 37.5ºC a 38ºC axilar se considera febrícula.  

La causa más frecuente en los niños es una infección vírica. Según las recomendaciones de la SEUP (Sociedad Española de Urgencias Pediátricas) esto es lo que los padres deben conocer de la fiebre en la edad pediátrica.  

Qué pueden hacer los padres si el bebé o el niño tiene fiebre
Es recomendable medir la temperatura con el termómetro. Es verdad que los padres y madres sabemos cuándo el niño tiene fiebre por su actitud, sus 'pataletas', al ponerle la mano en la frente o en la espalda…pero el pediatra va a preguntar el grado de fiebre…y no puede ser algo aproximado.
Sólo es necesario bajar la fiebre si el niño está molesto. Esto ocurre, generalmente, a partir de 38-38,5ºC. También si el niño tiene antecedentes de crisis febriles es conveniente no dejarle subir mucho la temperatura, aunque puede que el primer signo de que el niño tiene fiebre sea la convulsión. El que ocurra o no una convulsión no tiene relación con el grado de fiebre, sino más con la susceptibilidad individual, y a veces con los cambios bruscos de temperatura.

No se debe abrigar al niño, si tiene frío sí conviene taparle para que se sienta mejor, pero sin abrigarle en exceso. La temperatura de la casa debe ser templada. 
Conviene ofrecerle abundantes líquidos, sin forzarle, puesto que el aumento de temperatura corporal aumenta las pérdidas insensibles de líquido corporal. 
- Utilice las dosis de antitérmicos recomendadas por su pediatra respetando los intervalos entre las mismas. Siempre que sea posible adminístrelos por la boca, no por vía rectal, puesto que la absorción es más exacta. 
- Según las últimas recomendaciones pediátricas no se deben alternar medicamentos para tratar la fiebre. Es recomendable utilizar sólo uno en las dosis adecuadas. 
- Los baños con agua templada (medidas físicas) disminuyen poco la fiebre. Puede usarlos para ayudar a los antitérmicos, pero siempre a una temperatura 2 grados menor a la fiebre del niño. No utilice compresas de alcohol, ni de agua fría. 

Cuándo acudir a urgencias si el niño tiene fiebre

- Si el niño tiene menos de 3 meses de edad. Generalmente se solicitará una analítica de sangre y orina al bebé, puesto que tienen más riesgo de infección grave. 
Si tu hijo está adormilado, decaído o, por el contrario, muy irritable. 
- Si ha tenido por primera vez una convulsión. 
- Si se queja de dolor de cabeza intenso y vomita varias veces. 
- Si el niño respira con dificultad, se le notan las costillas, respira deprisa o hace ruidos no habituales al respirar. 
- Cuando aparecen manchas rojas en la piel que no desaparecen al presionar (esto son las petequias, que pueden ser signo de una infección grave). 

Información importante sobre la fiebre

La fiebre no es mala en sí misma, es un signo de que hay alguna patología, generalmente infecciosa. Es una forma que tiene nuestro organismo para luchar contra la infección. 
- La fiebre no produce daños en el cerebro hasta que llega a 42º C o más. 
- Los antitérmicos no curan la infección, sólo ayudan a que el niño se sienta mejor. Por lo tanto el proceso infeccioso seguirá su curso, a pesar de los antitérmicos.

martes, 23 de febrero de 2016

RITMOS DEL DESARROLLO DEL NIÑO



Como madre de 2 niños hablo desde la experiencia de que cada niño sigue su propio ritmo de desarrollo, por lo que es imposible predecir con exactitud cuándo aprenderá una destreza en particular. Los indicadores del desarrollo nos podrán ayudar de forma general sobre los cambios que puede evolucionar el niño, pero no es alarmante si el desarrollo sigue un curso algo diferente.
Destrezas como dar el primer paso, sonreír por primera vez o mover la mano para decir adiós están incluidas dentro de los indicadores del desarrollo. Cada niño alcanza estos indicadores importantes en áreas como el juego, el aprendizaje, el habla, la conducta y el movimiento (gatear, caminar,...).
Nos alertaremos cuando observemos un retraso importante en el desarrollo del niño que hace que el niño no alcance estos indicadores importantes más o menos al mismo tiempo que otros niños de su misma edad.
Si el niño no se está desarrollando debidamente, hay algunas cosas que los padres podemos hacer para ayudarlo. La mayoría de las veces, un problema del desarrollo no es algo que el niño pueda superar por sí solo, pero con ayuda, podrá alcanzar su máximo potencial en la vida.
La nutrición, el ejercicio y el descanso adecuados son partes muy importantes en la salud y el desarrollo de los niños. Los padres también podemos tener una gran influencia en el desarrollo de nuestro hijo si le brindamos cariño, un hogar seguro y le dedicamos tiempo, ya sea jugando, cantando, leyendo, o simplemente hablando.
Haga clic en la edad de su hijo para ver los indicadores.
·         2 meses
·         4 meses
·         6 meses
·         1 año
·         18 meses
·         2 años
·         3 años
·         4 años
·         5 años

lunes, 22 de febrero de 2016

JUEGOS PARA BEBES DE 6 A 12 MESES

Propuesta de juegos para disfrutar juntos en familia.


LOS JUEGOS 
Proponemos juegos donde participen padres e hijos, con el fin de proporcionarles estímulos que satisfagan sus necesidades.Tras poner en práctica estas propuestas, cambia el modo de compartir el tiempo de juego y resulta emocionante ser testigo de los avances, del placer del juego, de tantos momentos tan enriquecedores.Se trata de juegos basados en el nivel de desarrollo de la visión, audición, comunicación, psicomotricidad fina y gruesa de bebés de 6 a 12 meses.

CARRERA A GATAS
"Una vez que empiece a gatear, favorece este acto cada vez que puedas. Déjalo en el suelo la mayor parte del tiempo y permite que investigue no sólo su alrededor, sino qué cosas nuevas puede hacer su cuerpo ¡ahora que parece que se mueve solo!. El gateo influye de manera decisiva en la visión, la audición, la conexión de los hemisferios cerebrales, el sistema nervioso y la percepción de su propio cuerpo.

Juega con él a hacer carreras a gatas, se lo pasará en grande y  reirá a carcajadas, sobre todo y añades el efecto cucu-trás y de vez en cuando te escondes (déjale que te vea un poco, ya sea porque estás detrás de una cortina semi-transparente o porque ve la mitad de tu cuerpo tras el sofá) y preguntas en voz alta "dónde está tu precioso niño/a. Gatea por debajo de la mesa y sorteando obstáculos. "

CARTÓN AGUJEREADO
 "Cuando observes que se interesa por coger los granos de arroz o las pelusas de tu jersey, puedes fabricar tu mismo un trozo de cartón agujereado de tal forma que por los agujeros quepan sus dedos. Esta actividad les fascina y con ella experimentan la tercera dimensión".
POMPAS DE JABÓN
"Fabrica o comprar un bote de pompas de jabón. Si se mantiene sentado en el suelo con la espalda recta querrá alcanzarlos con la mano, seguirá con la vista y la cabeza cómo caen al suelo, intentará cogerlos una vez han explotado sobre el suelo."

¿DÓNDE ESTÁ MI NIÑO? 
 "Colocas una tela semitransparente entre tu bebé y tú (más adelante puedes colocarla sobre su cabeza) y preguntas “¿dónde está mi Adrián?”, y retirándola dices “aquí está”. Notarás cuándo tu bebé es capaz de aceptar una tela totalmente opaca entre él y tú. Antes de los 9M, cuando un objeto desaparece del campo visual, deja de existir para el niño. Hacia los 9M conserva una imagen de un objeto que ha desaparecido."

SONIDOS DE LA CASA
Cuando estés utilizando la batidora, el secador o la lavadora esté centrifugando se mostrará interesado/a por esos ruidos extraños que percibe, y algunos incluso algo desagradables. Muéstrale que la casa incluso tiene su propia melodía: la puerta o el cajón cuando se cierran,la silla cuando se arrastra, la cacerola cuando cae al suelo,...

Os recomiendo también un juego muy interesante para los niños, de 6 a 12 meses, que es el "Cesto de los Tesoros", del que os hablé en post anteriores.

sábado, 20 de febrero de 2016

Baby-Led Weaning


¿Qué es la complementaria a demanda?



La alimentación complementaria a demanda (Baby-led weaning) es una forma de introducir comidas sólidas en su dieta, dejando que el bebé se alimente por si mismo –sin utilizar cucharas y sin purés. El bebé se sienta con el resto de la familia en el momento de la comida y se une al resto cuando está preparado, utilizando primero sus manos para comer y después los cubiertos.

* permite al bebé descubrir sabores, texturas, colores y olores.
* fomenta la independencia y la confianza en si mismo.
* le ayuda a desarrollar y mejorar la coordinación ojo-mano y la masticación.
* evita las peleas y los enfados a la hora de comer.

Cualquier bebé sano puede comenzar a alimentarse solo en torno a los 6 meses de edad. Sólo necesita que se le de la ocasión de hacerlo.



¿Por qué la alimentación complementaria a demanda?

La alimentación complementaria a demanda está basada en el desarrollo de los bebés a lo largo de su primer año.

Los sistemas inmunitario y digestivo de los recién nacidos no están preparados para la comida hasta que alcanzan los 6 meses de edad; la leche materna (o de fórmula) es todo cuanto los bebés sanos necesitan hasta ese momento. A los 6 meses, los bebés son capaces de sentarse erguidos, coger pedazos de comida, llevárselos a la boca y masticarlos; es decir, se pueden alimentar solos.

Antes, cuando los bebés empezaban con la alimentación complementaria a los 3 o 4 meses, se les daban purés por el hecho de que eran demasiado pequeños para comer solos.

Si has esperado hasta los 6 meses para introducir la alimentación complementaria, has superado la etapa de los purés, por lo que no los necesitarás.
¿No se ahogará?
A lo largo de bastante tiempo, se ha recomendado a los padres que introdujesen en la dieta de sus bebés la comida en trozos a los 6 meses para ayudar a que desarrollaran y fortaleciesen la masticación. La única diferencia es que con la alimentación complementaria a demanda no se ofrecen purés. Con lo que, siempre que se cumplan unas simples reglas de seguridad, la probabilidad de atragantamiento es la misma que con cualquier otro método de introducción de alimentos sólidos. De hecho, cuando permitimos al bebé supervisar lo que se lleva a la boca, le ayudamos a aprender a comer de forma segura.

¿De qué manera empiezo?

* Sienta al bebé erguido, frente a la mesa, ya sea en tu regazo o en una trona. Verifica que su postura es estable y que puede utilizar las manos y los brazos con libertad.

* En lugar de darle la comida, ofrécesela; ponla frente al bebé o déjale que la coja de tu mano, de forma que sea él quien decida.

* Empieza con comidas que sean fáciles de agarrar: al principio, lo mejor son los palitos o las tiras. Introduce nuevas formas y texturas de manera gradual, para que tu bebé pueda descubrir cómo manejarlas.

* Incluye al bebé en las comidas familiares siempre que puedas. Cuando sea posible –y apropiado para un bebé-, ofrécele la misma comida que estés comiendo, de forma que pueda imitar lo que tú haces.

* Elije los momentos en los que el bebé no esté cansado o tenga hambre, ya que de este modo se podrá concentrar mejor. En esta etapa, la hora de la comida es para jugar y aprender, ya que el bebé seguirá obteniendo todo el alimento que necesita de la lactancia.

* Sigue ofreciéndole el pecho o el biberón como siempre. La leche es la principal fuente nutricional del bebé hasta que tiene un año. Cuando el bebé necesite menos leche, reducirá las tomas por si mismo.

* Ofrécele agua con las comidas para que pueda beber si lo necesita.

* No distraigas o apremies al bebé mientras esté manipulando la comida; deja que se concentre y se tome su tiempo.

*No le metas comida en la boca ni trates de convencerlo para que coma más.

¿Qué comidas le puedo ofrecer a mi bebé?

Puedes compartir prácticamente cualquier plato saludable de la comida familiar con tu bebé. Por ejemplo: fruta, verduras, carne, queso, huevos bien hechos, pan (o tostadas), arroz, pasta y la mayoría de los pescados. Al principio, elije comidas que puedan ser cortadas fácilmente en palitos o tiras cuando el pequeño esté empezando.
Si ofreces a tu bebé comidas variadas, le estás dando la oportunidad de descubrir diferentes sabores y texturas y te aseguras de que consigue todos los nutrientes que .

Comidas a evitar
* Alimentos con sal o azúcar añadidos. Lee las etiquetas cuidadosamente, ya que muchas comidas envasadas –como legumbres, empanadas o salsas- contienen grandes cantidades de sal.
* Comida rápida y platos preparados.
* Miel, marisco, pez espada y huevos crudos. 

Consejos
* No esperes que tu hijo coma demasiado al principio. Muchos bebés comen muy poco durante los primeros meses. No te obsesiones con las cantidades y piensa en la hora de la comida como un momento más de juego.

* ¡Prepárate para limpiar! Puedes poner un hule bajo la trona del bebé para proteger el suelo. De esta forma podrás volver a ofrecerle los alimentos caídos.

* Plantéalo como algo divertido. Así tu bebé estará dispuesto a probar nuevos alimentos y estará deseando que llegue la hora de la comida.

Bebé siempre seguro
* Asegúrate de que tu bebé se sienta erguido para comer.
* No le ofrezcas frutos secos o semillas enteras.
* Corta por la mitad alimentos pequeños, como aceitunas o cerezas; quita los huesos.
* No dejes que nadie, excepto el propio bebé, ponga comida en su boca.
* Explica este método a cualquiera que cuide del bebé.
* NUNCA dejes al bebé solo mientras esté comiendo

Nota
Debes comentar los detalles de la alimentación complementaria con tu pediatra o enfermer@ pediatric@ si en tu familia existen antecedentes de intolerancias, alergias alimenticias, problemas digestivos o si tienes cualquier otra duda sobre la salud o el desarrollo de tu hijo.

Para más información (en inglés), visita www.baby-led.com, www.rapleyweaning.com o lee Baby-led Weaning, Helping your baby to love good food, un libro de Gill Rapley y Tracey Murkett.

domingo, 27 de diciembre de 2015

La sorprendente verdad de la lactancia prolongada que todo el mundo debería conocer

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dar el pecho en exclusiva durante seis meses, combinado con otros alimentos durante al menos dos años y después de ese periodo hasta que la madre y el bebé lo deseen.
Sin embargo, la mayoría de las mujeres que amamantan a bebés mayores de seis meses o a niños pequeños se enfrentan a las críticas no sólo de su entorno, sino también del personal sanitario o de profesionales de psicología mal informados, tal y como demuestra un estudio efectuado en el Reino Unido en 2013.
De hecho, se ha comprobado en numerosas ocasiones, que las críticas del entorno o de profesionales son la primera causa de destete precoz no deseado. Es decir, una madre que no desea destetar se “ve obligada” a hacerlo porque no aguanta la presión.
Según una Reseña de la Evidencia Científica que fue evaluada en el año 2002 por el Comité de lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, se puede ver que cuantos más meses es amamantado un niño mejores resultados se obtienen en estos parámetros:
Morbilidad infantil por diarrea, infecciones respiratorias agudas, otitis media e infecciones del oído y otras enfermedades infecciosas.
  • Mortalidad infantil por diarrea, infección respiratoria aguda, y por todas las causas.
  • Desarrollo infantil.
  • Enfermedades crónicas, en especial, obesidad, diabetes y cáncer.
  • Efectos en la salud materna, es especial, cáncer de mama y cáncer de ovario.
  • Beneficios económicos.
La OMS realizó una revisión y un meta análisis de la evidencia recogida hasta la fecha sobre lactancia materna prolongada. Los resultados de beneficios en las siguientes áreas:
  • Menor presión arterial
  • Menor colesterol total
  • Mayor rendimiento en pruebas de inteligencia
  • Menor incidencia de obesidad
  • Menor probabilidad de sufrir diabetes tipo 2
En cuanto a valores nutricionales, también hay bastantes estudios que defienden que la leche materna no pierde sus nutrientes al cabo de los meses. De hecho, ocurre todo lo contrario, como demuestra un estudio de 2005 donde se ve que la leche de madres que están amamantando un año o más es más rica en grasa y energía que la leche de madres que amamantan a bebés pequeños.
Por otra parte, si se sabe que hasta los siete años el sistema inmunitario del niño no está desarrollado, es más que evidente que la leche materna será mucho más beneficiosa que cualquier otro tipo de leche debido a su alto porcentaje en anticuerpos y otras células que ofrecen protección contra infecciones.
De la misma forma, desde hace varios años se vienen publicado estudios que relacionan claramente la lactancia materna con el desarrollo cognitivo de las personas viéndose además, que cuantos más meses haya sido alimentado el niño, mejores resultados se obtienen tanto en las pruebas de inteligencia como en desarrollo psicomotor.
Según declaraciones recientes de la Dra. Ibone Olza (Psiquiatra infanto-juvenil y perinatal) en el 11º Curso de Actualización en Pediatría: la lactancia materna produce unos cambios neuroanatómicos en el cerebro del bebé, gracias a la oxitocina liberada, que perduran en el tiempo y hacen que cuando ese bebé llegue a la edad adulta, pueda ejercer una actitud de mayor apego con sus propios hijos.
Asimismo, concluye la Dra. Olza, la lactancia prolongada facilita una mejor comprensión del lenguaje y visión espacial. En este sentido, los niños alimentados con leche materna durante más tiempo presentan mayor facilidad en funciones ejecutivas, planificación, inteligencia social y emocional y con el lenguaje e incrementa su interés por las relaciones sociales.
Cada cierto tiempo salen nuevos estudios que relacionan el hecho de amamantar con la incidencia de cáncer de mama, de hecho, cuanto más tiempo se haya amamantado, menos probabilidad de sufrir este tipo de cáncer. También se relaciona la lactancia materna prolongada con un riesgo menor de cáncer de ovario y de sufrir osteoporosis.
Resumiendo:
La lactancia materna extendida o prolongada sólo ofrece beneficios tanto para la madre como para el niño. Todos los estudios que se han realizado hasta la fecha lo indican. Por tanto, las críticas hacia las madres lactantes de niños mayorcitos no tienen ningún sentido y se basan en falsos mitos.
Es urgente que los profesionales que se relacionen con las madres lactantes: psicólogos, médicos, pediatras, educadoras, enfermeras, farmacéuticos, etc. tengan acceso a esa información y estén actualizados para no dar información errónea a las madres ni criticarlas cuando están ofreciendo el mejor regalo que pueden ofrecer a sus hijos.
Fuente: Extraído de Maternidad Continuum

lunes, 9 de noviembre de 2015

MI NIÑO NO ME COME



1 No obligar nunca a comer a un niño. Un adulto puede que se niegue a probar bocado por los dictados de la moda, pero a un niño no le pesan las normas sociales. Por tanto no se debe insistir en que el niño trague a toda costa.
2 Cuánta cantidad de comida es necesaria. Cada uno de nosotros necesita un aporte calórico distinto, razón por la que la alimentación no puede tomarse como una ciencia exacta. Unos zampan como elefantes mientras otros comen como pajaritos. ¿Por qué entonces se intenta medir a los niños por el mismo rasero? Un niño de año y medio puede que necesite comer la misma cantidad que un bebé de nueve meses.
3 ¿Seguro que no come nada? Para la mayoría de los padres no comer nada significa que su hijo no engulle lo que ellos creen que necesita. Quizá si su medida fuera medio plato en vez de uno repleto hasta el borde cambiaría su percepción.
4 Los que de verdad no comen. Las enfermedades y los celos provocan un rechazo a la comida que suele ser transitorio y una vez solucionado el problema regresa el apetito.
5 El trabajo de mamá. El regreso laboral de mamá origina en ciertos bebés una negativa a alimentarse si no lo hace su madre. Pueden no consumir nada en ocho horas y luego ponerse las botas cuando ella regresa.
6 Un asunto de honor. Los padres, sobre todo las madres, suelen vivir la inapetencia como un agravio personal. Otras consideran un deber atiborrar a su hijo.
7 Culpabilidad. Frustración y un terrible sentimiento de no saber cumplir como lo hicieron con ella, fustigan a muchas madres para quienes la hora de la comida es un calvario.
8 Niños incomprendidos. Imagínese qué pensará su hijo. Él, que sólo cuenta con el cariño de sus padres, de repente se ve atacado por aquellos en quienes confía, que insisten en cebarle cuando ya no le entra más y encima se enfadan y le gritan.
9 La prueba definitiva. Coma en proporción a lo que da a su hijo. Si el niño pesa 10 kilos y engulle un plato, tráguese usted cinco o seis raciones. Seguro que revienta.
10 Pecho "for ever" y a libre demanda. La leche materna es el alimento más completo y nutritivo. Si el niño no pierde peso es conveniente alargar la lactancia hasta que se quiera. Siempre sin imposición de horarios, porque él ya lo pedirá cuando lo necesite.
11 Las papillas. Nunca se debe sustituir el pecho por la infundada creencia de que los cereales alimentan más. Cuando los niños ya degustan papillas hay que saber que casi ninguno logra terminarse la medida recomendada porque es simplemente una orientación, no un dictado.
12 Horror a las verduras. El pequeño estómago de los niños admite pequeñas cantidades, o sea, muchas calorías en poco volumen. Las verduras contienen mucha fibra y escasas calorías, por lo que les enguachina pero no les sacia. Apenas unas cucharadas serán suficientes para que le saquen el gusto.
13 La papilla de frutas. Con las frutas viene a suceder lo mismo que con las verduras. Si el crío las rechaza pruebe a darle una manzana a mordiscos o una pera en trocitos, por ejemplo. Las recomendaciones y mezclas frutales del pediatra no tienen por qué ir a misa.
14 Respetar el sueño. Algunos padres enchufan a sus hijos el biberón mientras éstos duermen, y después se quejan de que no comen cuando están despiertos. ¡Pero si ya se has alimentado!
15 Chucherías prohibidas. Al margen de que el niño coma o no coma, los dulces y las famosas chucherías sólo una vez al año para que no hagan daño.
16 La crisis del año. Justo a los 12 meses se frena la velocidad de crecimiento y por tanto no precisan la misma cantidad de alimento. A partir de los cinco años aumentarán el gasto energético y las necesidades.
17 El percentil. Las gráficas de peso traen fritos a los padres. En cada país se elabora una distinta y nunca coinciden entre ellas. ¿Quiere eso decir que según el lugar del mundo en que se pesen a su hijo estará por encima o debajo de la media?
18 Defensas infantiles. Los más pequeños se defienden ante la ingesta ofensiva paterna a base hacer bola, escupir e incluso vomitar. Nunca se niegan por capricho. Evolutivamente los niños también tienden a rechazar los sabores desconocidos por simple supervivencia.
19 Un dragón llamado alergia. La alergia puede provocar la negativa del niño a ingerir ciertos alimentos como la leche, el gluten, el huevo o cualquier otro incompatible con su inmaduro organismo. Por eso es conveniente no obligar a comer.
20 Estimulantes del apetito. Los tónicos estimulantes contienen psicofármacos que actúan sobre el centro cerebral del apetito y su efecto desaparece en cuanto se deja el medicamento. Nada aconsejables.
21 Cómo introducir los alimentos. A partir de los seis meses se pueden ir probando nuevos sabores con gran precaución y muy lentamente.
22 Estrategias. No guardar la comida para la cena. Ponerle en el plato sólo lo que suela tomar aunque sean tres cucharadas, si tiene hambre pedirá más. Evitar las broncas y los sobornos.
23 Vegetarianos. Cuando los padres son vegetarianos los niños pueden vivir perfectamente con una dieta ovo-lacto-vegetariana.
24 Acostumbrarse a comer de todo. Obligarle a comer un determinado alimento es la mejor forma de lograr que lo odie para el resto de su vida. Si no se le fuerza acabará probándolo.

25 Comer solo. Un niño se puede negar a comer porque quiere meterse él mismo el alimento en la boca y no se lo permiten. Aunque se estire la hora del almuerzo y ponga todo perdido es preferible concederles cierta independencia.